Como ya es una tradición para nosotros una vez más visitamos el bonito paraje del Vall del Laguar, esta vez la ruta la hemos hehco en sentido inverso a las anteriores.
Situada a una media de 500 metros de altitud se eleva majestuosa entre dos sierras que conforman este lindo y hermoso valle -último reducto de la sublevación de los moriscos valencianos en 1609 contra su decreto de expulsión-. A un lado el «Barranc de L’Infern», maravilla natural, formada por el río Girona, que separa la Sierra de la Carrasca o d’Ebo (de 1000 m. de altitud) de la Sierra del Migdia y atraviesa todo el valle hasta llegar al embalse d’Isbert.
La Vall de Laguar está formada por tres núcleos de población: Campell (Poble Baix), Fleix (Poble d’Enmig) y Benimaurell (Poble Dalt) y la Residencia Sanatorio San Francisco Borja de Fontilles.
En estas tierras y parajes los visitantes pueden encontrar numerosas fuentes naturales de aguas puras y cristalinas con las que saciar su sed, entre ellas cabe destacar: Font del Camusot, Font dels Olbis, Font del Gel, Font d’Isber, Font del Penyó, Font del Reinós (en el sendero PRV-147), Font de Fontillles, que nace en el Sanatorio San Francisco de Borja, y muchas más…
La Vall de Laguar fue último reducto de la sublevación morisca, hoy, La Vall de Laguar es un remanso de paz y un balcón inigualable para la conquista visual de toda la zona.
nos acercamos a la zona de piscina del hotel donde hay un espectacular mirador en el que podemos revisar los senderos por los que pronto pasaremos y disfrutando de unas vistas inolvidables, el perro de Diego viendo que iba a pasar calor se tira a la piscina para refrescarse, después del baño de «acho» comenzamos a andar viendo ya los primeros cerezos salidos de Benimaurell hacia la derecha como os decía antes en dirección contraria al normal.
Enseguida nos encontramos un mapa del sendero en que podemos hacernos una idea de lo que nos queda por delante comenzamos a bajar las escaleras moriscas y ponemos un ritmo fuerte que imponen Diego y acho, seguimos el sendero fácil y sin complicaciones, pasamos el barranco de Racons y nos dirigimos a las Juvees de Dalt (un grupo pequeño de casas) desde el que se divisa el gran Barranc de L’infern, seguimos avanzando y cruzándonos con más senderistas que vienen en sentido contrario y nos miran algo extrañados.Continuamos avanzando por el sendero un buen rato ahora bajando hasta el barranco del infierno, el cual es una contradiccion por que es de piedra blanca, pero lo del infierno entiendo que es por la calor que allí hace los días en los que no sopla viento, como a sido en nuestras anteriores visitas, hoy el día acompaña y hace un vientecillo que se agradece.
Cruzamos el cauce seco del barranco y comenzamos a subir y enseguida nos encontramos con la Font de Reinós donde podemos repostar y refrescarnos un poco en esta pequeña fuente.
Reprendimos la marcha y seguimos subiendo, nos seguimos cruzando con grupos de senderistas, mucha es la gente que disfruta en esta época de esta ruta.Llegamos a Juvees d’enmig donde podemos ver que las tierras están cultivadas, hay algunos pozos de agua y unas casas y una carretera la que seguimos hacia la derecha llevándonos en su final a el Pou de Juvea, un antiguo pozo cuya agua sale accionando una palanca.
Otra parada para repostar y refrescarnos en el ultimo punto que agua que hay hasta el lavadero de Fleix, continuamos por la senda de escalones esta vez bajando lo que se hace rápido su descenso, ya vemos el cauce seco del rio Girona el cual cruzamos y empezamos nuevamente a subir, esta es la ultima subida que nos espera (va a ser que no) llegamos a un salto de agua que esta vez esta seco, pero que nosotros lo hemos visto con agua y es muy bonito, continuamos subiendo hasta llegar a el Forat de la Juvea un agujero excavado en la roca lo atravesamos y nos echamos la foto de rigor, el grupo se separa por que las fuerzas no son iguales y Arturo se adelanta en el ultimo desnivel que nos queda por salvar hasta que por fin llegamos a Fleix donde en la fuente del lavadero nos refrescamos y esperamos al grupo inmortalizando este momento con otra foto.
Y ya tan solo nos separan un par de kilómetros hasta Benimaurell que los hacemos entretenidos con el paisaje y las impresiones de la ruta, cruzamos el pueblo y tan solo nos queda la ultima subida que nos lleva al hotel Alahuar donde dejamos el coche.
Después de asearnos un poco y cambiarnos nos sentamos a la mesa donde disfrutamos de una comida inolvidable creo que para todos bueno los que más fuimos Ana, Tomás, Acho y yo que nos zampamos un asado de lomo con frutas y verduras que estaba sencillamente buenisimo y el que recomiendo a todos.
Después de tomarnos el café y relajarnos un rato, nos hicimos la ultima foto en la puerta del hotel con Ibiza al fondo, o eso decía una mujer.
Agradecer la compañía de Susana, Ana, Arturo, Tomás, Diego y de Acho, espero que lo repitamos el próximo año.
PD Y no iros de allí sin comprar cerezas, están buenisimas y en casi cualquier casa podéis encontrar un puesto de venta.